El ajuar militar consistía en una
loriga (cota de malla), un par de calzas de hierro,
un casco de hierro, un yelmo, una espada
de doble filo con punta redondeada,
una lanza de madera de fresno y punta de
hierro cónica, un escudo. El nuevo
caballero también recibía tres cuchillos: uno de armas o puñal, un
cuchillo para cortar el pan y la
carne y una navaja de hoja recta. Todo esto al caballero no se
le daba, sino que se le prestaba, y
el era responsable de todo ello ante la casa.
Hay que añadir que tenia que velar
continuamente por su perfecta conservación.
No podía modificarlo en nada y debía ser
muy escrupuloso con todo lo que
hacia con el material.
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